Al parecer en la década de los 80`s, Bogotá permanecía lejana de una de las realidades mas armoniosas y apasionadas como lo es la danza Ballet, aquella expresión kinésica que puede describir de manera perfecta los sentimientos de las personas, jugando con el cuerpo explorando lo maravilloso que es. En esa época en donde el intento de buscar identidades y oportunidades que permitieran una liberación y un futuro en el que la expresión y los sentimientos no lleguen a perder lugar como lo es hoy en día.

Afortunadamente para salvar la expresión del cuerpo humano sacándolas de las profundidades de la cotidianidad, llega Prisilla Welton pionera del Ballet en Colombia, conocida en Nueva York y Londres y sobre todo por sus estudiantes de “Priscilla Welton Escuela de Danza” fundada ella misma en Bogotá en el año 1981.

Prisilla, como la conocían sus estudiantes nace en el seno de una familia bogotana al trascurrir el año de 1952, inclinándose por la Danza Ballet lo estudia en Londres siendo acreedora de becas para las prestigiosas escuelas afiliadas a la New York City Ballet y el Joffrey Ballet Robert.

En medio de su pasión por el Ballet, había tenido que soportar los peligros de huir para escapar ante las amenazas de la muerte dirigidas a su esposo, un periodista vinculado del gobierno colombiano a los carteles de la droga. A pesar de ello, con la gracia y el coraje que la caracterizaba regresó a Bogotá, luego de obtener el estatuto de exiliado en los Estados Unidos viviendo en Maine por un corto tiempo.
Al regresar hizo que su escuela de Danza fuera una de las pocas que otorgaba becas a niños que de otro modo no se podría haber permitido a estudiar danza. A lo largo de una carrera de 32 años, Welton ha coreografiado y dirigido numerosas producciones, y muchos de sus estudiantes se convirtieron en bailarines profesionales.

Destacándose como una maestra de Ballet apasionada y entregada a sus estudiantes hace una lamentable partida de la cual no regresaría, Prisilla Welton muere después de 55 años de sentimientos y amor expresados en la danza, a causa de un accidente cardiovascular que deja un gran legado en la enseñanza del Ballet en Colombia.

"Ella era una artista con talento que trajo el amor para toda la vida”.