Entre luces y canciones, delicados y maltratados pies, danzan en fila y con movimientos coordinados, cuatro mujeres, cuatro princesas n mundo de hadas.
Parece como si narraran aquél cuento de niños, en donde la imaginación vuela, y monta un mundo hermoso, no solo una fantasía, es más que una falsa realidad, es un bello cuento mágico en donde los instrumentos más profesionales, son también protagonistas de esta esperada y especial obra.

Hay un silencio, un oscuro silencio, se detiene el tiempo y una luz acompaña el sonido que empieza a aparecer, junto a un grupo de bailarines que se deleitan con el olor del arte, con el sabor de la historia, aquellos se mueven según el rito de su corazón, bajo su amor y pasión por la danza.

Momentáneamente todos los ánimos empiezan a exasperarse y la música se prende al igual que las luces, movimientos increíbles, atrapan la vista de los espectadores y entre aplausos, se sumerge su excelente color de cultura y de su pensar artístico.
Finalmente un suspiro termina la escena, y junto a miles de ojos sedientos y manos cansadas se cierra el telón.